Pocas colecciones en Marvel han tenido el privilegio que se le ha otorgado a ésta. Quinientos números sin renumeraciones ni interrupciones, son los que la serie madre de los mutantes nos ha acompañado.
Recordemos que el Capitán América va por el volumen cinco, Spider-man se renumeró en la etapa de Byrne, Thor cambió numeración tras Onslaught y Vengadores fue renumerada tras desunidos (aunque pudo llegar al quinientos).
Bueno, pues despues de mucho cambios y alteraciones, la que parece que es (de momento) la plantilla formal de los pupilos de Xavier, llegan a este número tan redondito. ¿Y qué encontramos en él?
Bueno, pues el margen de dos dobles portadas (una de Alex Ross y otra de Greg Land) y dos portadas alternativas (Michael Turner y Terry Dodson) nos encontramos un nuevo planteamiento.El número esta dibujado a medias por Dodson y Land, y la verdad es que aunque tienen estilos totalmente opuestos, el resultado es de agradecer. Un número muy bonito. En cuanto al guión y desarrollo, quizás no colma las expectativas puestas en un número tan llamativo como el 500.
Ya en el final del último número (499) vimos que la alcaldesa de San Francisco le ofreció a la Patrulla X el que se queden a vivir allí.
Scott, Emma y Warren llevan a la alcaldesa de gira por las instalaciones que están construyendo en las afueras de SF, mientras ésta les comunica que hay un artista que ha adquirido tres centinelas descatalogados para realizar una «obra de arte» allí. Los X-Men montan en cólera y le dicen a la alcaldesa que vigilaran esos movimientos.
Estando en la exposición, de buenas a primeras aparece Magneto atacando a Coloso y reactivando a los centinelas para que ataquen a todos los humanos que están disfrutando de la obra creada.
Empieza la lucha. Páginas divididas entre los dos autores, donde vemos como los centinelas persiguen e intentan machacar a los X-Men, hasta que Emma se da cuenta que Magneto no sólo los ha activado, sino que no es perseguido, teniendo en cuenta que él también es mutante.
Despues de derribarlo, descubren que Magnus había replicado sus poderes mediante tecnología para atacarles y demostrarles que no son aptos para conducir los caminos de los mutantes que quedan tras el desastre que provocó Wanda Maximoff. Tras esta conversación, Magnus se teletransporta a otro lugar.
En ese momento, Tormenta les advierte que el Celestial que está en SF (el que vió Emma en el uncanny 495) está siendo «activado» por el Alto Evolucionador, el cual está junto a Kingo Sunen, el artista que había realizado la exposición de centinelas.
Cuando Tormenta llega a ellos, el Evolucionador desaparece, con la orden mental de que ambos olviden que estuvo allí.
Un poco más tarde vemos a Magneto con él. Fue el Alto Evolucionador quien le proveyó del traje que emulaba sus poderes, y juntos han extraido algo del Celestial, que quizás les ayude a restaurar los poderes a los mutantes que los perdieron.
Al día siguiente, la Patrulla estrena su flamante nueva sede, y Scott, con ayuda de Emma, lanza un mensaje mental a todos los mutantes de la tierra, informándoles del nuevo santuario que todos ellos tienen en SF.
En el primer epílogo, Lobezno va a visitar a Gee, el tipo que consiguió los centinelas, pero cuando llega se encuentra con que lo han asesinado.
En el segundo epílogo vemos que el HELLFIRE CULT está oculto en SF y quieren limpiarlo de mutantes, a golpe de bate de beisbol.
CONTINUARÁ.
Tan sólo un pero… ¿Magnus pidiendo ayuda a un humano, aunque sea el humano más evolucionado que existe?
No sé, no sé…
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