Nuevo número de relleno (o fill-in, como les gusta decir a los yanquis), a cargo otra vez de Mark Waid y acompañado a los lápices esta vez por Barry Kitson.
El número comienza con una evocadora página en la que parece que estemos en el universo DC, ya que Betty Brant ejerce de periodista tomando notas (al más puro estilo Lois Lane, pero con una PDA), mientras que Spidey captura a un villano calvo con una armadura (no se puede parecer más a Lex Luthor).
Muy divertida la página.
El caso es que el número está dedicado a las vivencias internas de uno de los personajes más olvidados de esta etapa de Spider-man.
Betty va contando (en las viñetas de apoyo) como su relación con Peter ha ido evolucionando a lo largo de estos años, a la vez que espera que él le prepare una fiesta de cumpleaños con todos los amigos de siempre.
Mientras ella le ayuda a conseguir novia en un bar de «citas rápidas» (Speed Dating) y tras varios intentos fallidos, se dirigen para acompañar a May al tren, pero Peter ha de salir en pos de nuevas amenazas (viñeta de lucha con Menace… ¿captas el chiste?)
El relato continua y Betty se topa con Jameson Sr. sin saber quien es él. Tras una charla amigable con el anónimo viandante, decide darle el teléfono de tía May para que la llame, ya que ella piensa que podrían congeniar (¿ves como la aparición en números anteriores de este nuevo personaje traería más cola?)
Tras unas escenas más de busqueda de novia (por parte de Betty para Peter) realmente divertidas, llegamos a ese final en el que la fiesta de cumpleaños que ella esperaba no puede celebrarse, ya que nadie quería asistir. Su trabajo en el DB ha hecho que esté sola… Peter es el único que está ahí con ella, es su mejor amigo.
Wais sigue sorprendiéndonos con guiones brillantes. Son estas pequeñas perlas las que hacen que no pierda la esperanza de que la serie vuelva a narrar historias interesantes. El trabajo de Kitson ayuda tremendamente a disfrutar de esta historia.