Las aventuras de Tintín: El Secreto del Unicornio. Crítica de la película.

Llevar a la pantalla con acierto un personaje de cómic siempre es complicado. Si la aproximación es fidedigna a la obra impresa, corre el riesgo de defraudar a los miles (o millones) de seguidores que hayan leído esas aventuras y hayan puesto voz a los personajes y hayan imaginado el movimiento real de las escenas estáticas de cada viñeta.

Si, por el contrario, se intenta innovar y/o actualizar al personaje a los tiempos que corren y a la demanda del público que se acercará al mismo a través de las pantallas, es posible que se pierda de vista los rasgos principales y característicos que hicieron del personaje un icono internacional.

Pero hay una tercera opción… Llamarte Steven Spielberg.

Decir que el film es fantástico es quedarse cortos.

Para los neófitos y ajenos a la Tintinología, la película encierra varios atractivos. En primer lugar, una acción absolutamente trepidante desde los primeros minutos de metraje. Un simple detalle como es la compra de la maqueta de un barco (por parte del personaje) en un mercadillo, va desembocando en una historia-río que va complicándose por momentos, y hacen que la trama se termine desarrollando por mar, por aire y por tierra (incluyendo una travesía por el desierto), introduciendo además (de forma dosificada, pero completa) una historia paralela ambientada en el siglo XVII (con piratas, abordajes y toda la acción de una buena película de Errol Flynn), pero que en definitiva termina por confluir en consecuencias directas para los personajes de la película y para el desenlace de la misma.

Además de saciar la necesidad de los espectadores que buscan acción, el film tiene escenas de humor muy divertidas a cargo de Milú (el perrito Fox Terrier de Tintín), los policias Hernández y Fernández o el propio Capitán Haddock.

Pero, sobre todo, es sencillamente espectacular el tratamiento digital de los personajes y de los escenarios. Al ser una película digitalizada sobre interpretaciones de actores reales, toda ella desprende un halo de realismo absolutamente convincente, pero, a la vez, permite caracterizaciones tremendamente fieles de los rasgos que Hergé confirió a sus creaciones, detalle apreciable en las narices de la Castafiore, Haddock o Allan Thompson.

Para los conocedores de las aventuras ilustradas de Tintín, el film no deja de ser un curioso ejercicio de trivial visual. Spielberg juega con toda la mitología de los álbumes, dejando continuamente referencias a las distintas aventuras del personaje.

Ya, desde la cabecera de los créditos, vemos distintas imágenes tales como una esfera brillante (referencia a «Las siete bolas de cristal»), la esfinge del cosmonauta («El templo del sol» o «Vuelo 714 para Sidney») o la portada de «El Secreto del Unicornio».

Luego comienza la película, y lo primero que vemos (para todos aquellos que no sepan reconocerlo) es al propio HERGÉ (creador de Tintín) haciendo una caricatura del personaje digital, para luego ver su exposición de trabajos callejeros, donde reconocemos al general Alcazar o a los hermanos Pájaro, entre otros.

Otro detalle que quizás muchos desconozcan es que el periódico que sujeta el señor que es asesinado en la puerta de Tintín, no es otro que «Le petit vingtième», el sumplemento dominical en el cual se comenzaron a publicar las aventuras del reportero en 1929.

Y aunque la historia mezcla detalles argumentales de tres álbumes («El cangrejo de las pinzas de oro», «El secreto del Unicornio» y «El tesoro de Rackham el Rojo»), el resultado es distinto a lo visto en las historias ilustradas por Hergé. Y, a pesar de que esto pudiera parecer un detalle negativo, hace que la película gane puntos de cara a los espectadores/lectores, ya que está llevado con muy buen ritmo, respetando en todo momento el espíritu de cada personaje e, incluso, manipulando la historia para crear una trama distinta a la vez que respetuosa con los cómics.

La película no sólo es recomendable, sino que creo que más de un espectador volverá a visualizarla, para disfrutar de muchos de los detalles que inundan sus escenas, y que no te da tiempo a asimilar.

Además es de esos pocos filmes que se pueden disfrutar en familia, sin que los mayores se aburran en una película infantil, y sin que los niños se pierdan en detalles que sólo pueden apreciar los mayores. Es un equilibrio perfecto para el disfrute de todas las edades.

¡¡¡VAYAN A VERLA, MIL MILLONES DE MIL NAUFRAGIOS!!! No se arrepentiran.

3 comentarios sobre “Las aventuras de Tintín: El Secreto del Unicornio. Crítica de la película.

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