La magia que los lectores de cómics imaginamos y suponemos que tiene lugar en el proceso de creación de los mismos, así como las relaciones idílicas del «Bullpen» y del mundo editorial, no tienen visos de realidad en muchos de los casos.
Hemos conocido (a través de charlas en convenciones y redes sociales) experiencias de autores españoles que se han aventurado en la vorágine de las grandes editoriales americanas, y que nos descubren ese lado oscuro empresarial que forma parte de las labores de creación, edición y publicitación de los comic books.
Uno de estos «altercados» es el que nos ocupa hoy.
Corría el año 1953 y un joven Hugh Marston Hefner ponía en marcha una revista en la que trataría de ofrecer un nuevo enfoque a unos de los temas tabú en Estados Unidos, el sexo. Para ello tuvo que realizar un importante esfuerzo, consiguiendo fondos a través de sus amistades para iniciar su publicación, a la que iba a llamar «Stag Party» (fiesta de machotes), a propuesta de su asociado Eldon Sellers, influenciado por una revista llamada «Stag», cuyos contenidos incluían artículos, historietas, narraciones e ilustraciones de corte adulto, a caballo entre los pulps picantes y las revistas con jovencitas con poca ropa (los «girlie magazines»).
Dicha revista era una publicación editada por Magazine Management Co., Inc. desde 1949, la cual fue fundada por MARTIN GOODMAN, dueño, a su vez, de la famosa «Timely Comics» (la cual, en ese momento, publicaba cómics bajo el sello «ATLAS» y que luego evolucionó hasta convertirse en Marvel Cómics).
«Stag» fue la respuesta de Goodman al éxito de la revista «Esquire», pero con papel más económico, y con BRUCE JACOBS como editor de la misma.
Al tener Goodman conocimiento del nombre del proyecto de Hefner, le envió a su abogado, el cual lo amenazó con una demanda por infringir las leyes del copyright, usando un nombre que tenía registrado.
Para evitar un litigio que no se podía permitir al inicio de su andadura (recordemos que comenzó con dinero prestado por amigos), Hefner decidió, en los momentos previos a su salida a la calle, que la revista cambiase de nombre, utilizando el de una pequeña compañía automovilística que había quebrado dos años antes (por sugerencia de la madre de Sellers), viendo la luz bajo el archiconocido nombre de PLAYBOY.
Curiosamente, la respuesta al éxito de Playboy motivó a Goodman a editar una revista de corte similar llamada «Swank». Con el paso del tiempo, Stag y Swank (que eran dirigidas por su propio hijo, Chip) se fusionaron, cambiando de dueño, dando lugar a la revista pornográfica HUSTLER.
Fuentes:
The secret history of Marvel Comics: Jack Kirby and the Moonlightin Artists at Martin Goodman’s empire. Blake Bell, Michael J. Vasallo.
Marvel Comics. The untold story. Sean Howe.
https://en.wikipedia.org/wiki/Magazine_Management
marvelsilverage.blogspot.com.es/2016/11/marvels-first-magazine-spectacular.html
https://www.washingtonpost.com/archive/lifestyle/1977/07/19/a-man-of-endless-good-humor/
https://tribune.com.pk/story/440359/did-you-know-playboy-was-initially-going-to-be-stag-party/